Rainer María Rilke, poeta de la muerte

Desde niño, Rainer María Rilke tuvo un aspecto bastante inquietante, basta ver su foto para darse cuenta. La verdad es que nunca he sido un buen lector de poesía, pero Rilke es un escelente poeta. Como no soy crítico de poesía, voy a transcribir y plagiar descaradamente el comentario de contraportada de una antología suya que adquirí:
"La poesía de Rainer María Rilke es el resultado de su profundización en el y y en el misterio que hay en el hombre. Rilke defiende que hay que cambiar la vida; que captamos el mundo en pequeñas ondas que debemos buscar los orígenes. Y esto le convierte en un poeta difícil pero exacto, que ejerce sobre el lector una gra atracción, porque incluso su superficie es permeable, escarpada y rugosa..."

Dato rosa: hay dos versiones sobre la muerte de Rilke, que ocurrió en 1926: la primera fue que murió de leucemia. La segunda, que murió por la septicemia que le sobrevino luego de herirse una pierna con la espina de una rosa...





Cielos pletóricos de prodigadas estrellas
brillan suntuosos sobre la angustia. Pero no a la almohada,
sino a lo alto alza tu llanto. Aquí, la lado del rostro
sollozante, que al dilatarse se acaba,
da comienzo el espacio apacionante del mundo.
¿Quién interrumpe, cuando tú te instas hacia allí,
la caudalosa corriente? Nadie, a no ser que,
de pronto, forcejees con el poderoso rumbo
de aquellos astros que vienen hacia ti. Respira.
¡Respira lo oculto de la tierra, y otra vez
levanta la vista! Otra vez. Alado y sin rostro
se reclina contra ti desde arriba lo profundo.
La faz disuelta de la noche otora
espacio a tu rostro.
París, abril de 1913
Parte de los "poemas a la Noche"