La historia del tío Carlos no es demasiado sorprendente, a no ser por el hecho de que era: medio (bastante) corto de vista y dado al buen vino, como ya dije, y sobre todo, taxista. Es cosa de imaginarse lo aterrados que deben haber estado los pasajeros del tío cuando se subían a un taxi medio destartalado, con el piso muy agujereado, manejado por un tipo con grandes lentes y una que otra vez en un estado ligeramente etílico. Lo mejor de esto, es que nunca, NUNCA, le pasó nada.
Una anécdota divertida que recuerdo del tío me la contaron hace un tiempo: alguien le consiguió bencina de avión para ponerle al taxi (los aviones utilizan como combustible una bencina de alto octanaje preguntenle a algún químico). El resultado fue que la cafetera que tenía llegó a un límite de velocidad inexplicable durante unos 100 metros antes de rendirse, con el motor absolutamente fundido (o con alguna otra parte fundida, no sé mucho sobre el funcionamiento de un auto).
El tío Carlos falleció hace unos 6 o 7 años, y recuerdo que lloré bastante cuando ocurrió. Ahora está sepultado cerca de mi abuelo, con el que solía mantener conversaciones que únicamente ellos mantenían. Supongo que aún hoy se juntan en la tarde a conversar de lo que fuera que conversaran y a compartir una copita de vino antes de acostarse.

5 comentarios:
Recuerdos, recuerdos, bellos recuerdos.
Mi post no tiene nada que ver con tu entrada, pero necesito presentarte un libro que puede sorprenderte y apoyar tu defensa de Leonardo da Vinci, ¿sabías que incursionó en la cocina? El nombre del libro es "Notas de cocina de Leonardo da Vinci"
ve el link: http://www.directoalpaladar.com/2005/09/06-notas-de-cocina-de-leonardo-da-vinci
debo decir que tienes (o has tenido) una gran familia... se agradecen estos relatos sobre algunos de los más célebres personajes de tu familia, que como en todas las familias (en unas más que en otras), abundan las historias curiosas y entretenidas
saludos!
PDTA: me imagino a Da Vinci batiendo los huevos con la mano izquierda y para el lado contrario, o haciendole una autopsia a la tarta de berenjenas, o encontrándole la simetría perfecta al caldo de ave...
que bonita tu historia.
el mundo sería más feliz si hubiese más gente como el tío carlos.
me gusto la historia del tio carlos...omg..como es eso de usar bencina de avion??? aunque no yo sabia el dato...
me gusta el enchulamiento del blog
=D
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